El plan de abonado anual consiste en dos estercolados semestrales y el uso ininterrumpido de purines disueltos en el riego para aportar nitrógeno de forma lenta pero ininterrumpida. En el caso de la agricultura integrada, además del estiércol, un compuesto NPK, generalmente 10-10-20 después de cada corte, aproximadamente 60 días, y urea en el agua en dosis bajas en todos o casi todos los riegos.
Para el calculo de la cantidad de nutrientes a aportar a un cultivo es bien sabido que debemos realizar un balance entre los nutrientes que posee la tierra y los nutrientes aportados, por una parte, y por otra las perdidas por lixiviación y la extracción del cultivo, que a su vez depende de la producción esperada. Siendo así, siempre es recomendable empezar por disponer un análisis de la tierra previo a cada plantación y como mínimo uno anual.
Pero por una parte, el efecto buffer o potencial de absorción de la tierra que cultivamos es relativamente bajo y por otra, al ser la maralfalfa un cultivo muy exigente en nutrientes, y que a su vez tiene vocación de permanecer en la tierra al menos 5 años, debemos hacer un balance bimensual, en el que apenas tendremos en cuanta lo aportado por la tierra y las bacterias así como las pérdidas por lixiviación, siendo evidente que es crítico minimizar las mismas, al objeto de que el cultivo sea lo más sostenible desde el punto de vista medioambiental. De este modo, para cada corte, en función de la producción, podemos realizar un cálculo bastante aproximado de la extracción de nutrientes, y en el supuesto de reponer los mismos, dar por hecho que los agregados del suelo permanecen relativamente estables a lo largo del tiempo. Sin duda el tratamiento en un suelo arcilloso será distinto.
Sin embargo, para el nitrógeno el planteamiento es especial, puesto que se trata de un gas de efecto invernadero que con un buen manejo podemos capturar de la atmósfera en cantidades importantes.
Hay que considerar que en cada etapa de un cultivo lo que se foto sintetiza puede dirigirse a las raíces, al fruto o al desarrollo y crecimiento de la planta. Como en la maralfalfa no tenemos fruto, todo nuestro interés se centra en el desarrollo de la planta, cuidando siempre el mantenimiento de las raíces.
Nuestra experiencia nos indica que lo apropiado es dar dos fuertes estercolados al año, tanto en agricultura ecológica como integrada, uno a primeros de octubre, cuando ya han terminado las lluvias, y el otro es mas flexible, depende de los precios del estiércol y del trabajo que tengamos. Si estercolamos cada seis meses que son 3 cosechas, en general la cosecha posterior al estercolado no suele ser la mejor de las tres.
Si en la agricultura integrada no se estercola y se sigue abonando con un complejo 10-10-20 NPK y con urea, al no reponer los demás nutrientes, la plantación no tarda en degradarse. La producción desciende drásticamente y aunque se estercole, la siguiente cosecha también será escasa. No estercolar es a medio plazo letal para la maralfalfa, a no ser que este cultivada en arcillas, experiencia que no tenemos pero es bien conocido que las arcillas suelen ser muy fértiles y ricas en micro elementos. Si a las arcillas les das los macroelementos en general mantienen producciones altas.
Por otra parte, debemos adaptarnos al mercado. Podemos dejar reposar el cultivo, que se enraíce, con menos riego, para que las raíces busquen capas mas bajas. Si apenas abonar y posponiendo el corte. La tierra se repone de nutrientes y el cociente entre raíces y parte aérea aumenta. La siguiente cosecha, bien regada y fertilizada, con lo precios ya recuperados, será abundante.
Dar unas cifras para abonar con estiércol y purines es difícil. Depende de que estiércol y de lo seco que este. Pero en el caso de la agricultura integrada si podemos dar cifras. Cada 60 días, se repone el fósforo y el potasio con un compuesto 10-10-20 a razón de 250 kg/ha. El resto del nitrógeno en forma de urea. Buena parte del abono se aplica con el agua.
En agricultura integrada, como alternativa mas económica al 10-10-20, cloruro potásico, puesto que probablemente los requerimientos de fósforo estén cubiertos con el estiércol. No obstante, hay que permanecer cuidadosos con los problemas de la salinidad. De todas formas el potasio contenido en el 10-10-20 esta en forma de cloruro potásico.
Aunque la carencia de cualquier elemento influye en toda la planta, en general el nitrógeno ejerce mayor influencia en el desarrollo folial, el fósforo en las raíces y el tronco y el potasio en el tronco la salud general, la floración y en el fruto. En la mayoría de los cultivos los requerimientos de potasio suelen ser tan altos como los requerimientos de nitrógeno, siendo la demanda de fósforo aproximadamente la mitad.
A cualquier agricultor experimentado puede parecerle desequilibrado nuestro plan de abono, en especial en cuanto al potasio. Pero en la maralfalfa es muy conveniente que evitemos la floración, Además, no tenemos fruto. Por otra parte, se han reportado problemas de intoxicación por potasio del ganado alimentado con maralfalfa.
Si lo que pretendemos es que la planta lignifique lo mínimo, para obtener un alimento de excelente calidad, debemos limitar el uso de fósforo y de potasio, sabiendo que estamos reduciendo los kilos y corriendo el riesgo de perjudidar a las raíces.
Aunque el abono nitrogenado se debe ajustar usando técnicas de la agricultura ecológica en función de las condiciones climáticas, podemos hacer un cálculo aproximado de los requerimientos del cultivo de la maralfalfa.
Si proyectamos una cosecha de 100.000 kg. cada 60 días, con un 20% de materia seca y un 10% de proteína, como cada kilo de nitrógeno produce 6,25 kg. de proteína, tenemos, 100.000* 0,2 * 0.1 / 6,25 = 320 kilogramos de nitrógeno cada dos meses. Por supuesto que no utilizamos ni con mucho esa cantidad. Tal como explicamos en otros apartados, nuestro objetivo es capturar la máxima cantidad de nitrógeno atmosférico.
Para el cultivo de la maralfalfa asimilamos muchas de las prácticas agronómicas del cultivo del arroz, especialmente en el aspecto nutricional. Es bien conocido que al arroz se le suministra el nitrógeno en forma de urea, puesto que esta, en contacto con el agua, se disocia en NH3, que en condiciones aeróbicas se pierde fácilmente en la atmósfera, pero que en terrenos inundados se incorpora rápidamente en el suelo. Nuestra alternativa es usar purines disueltos en el agua de riego, tanto folial como regando por inundación.
Con el agua de riego podemos aplicar el abono con precisión, en poca cantidad y de forma continua.
Entiendo que el lector quiere una cifra, y aunque ya hemos dicho que depende, el estercolado semestral puede consistir en 10.000 kg. ha. El estiércol es la forma mas simple de añadir todos los nutrientes de forma equilibrada.
Ocasionalmente, cuando el PH baja bruscamente, usamos cal viva para subirlo de forma rápida, con excelentes resultados. Una alternativa menos drástica y con vocación de ser mas estable es aplicar yeso, tanto en el agua como sobre el suelo. Aunque el yeso es ligeramente ácido, estabiliza el PH, y sobre todo, elimina las deletéreas consecuencias de un PH muy bajo. Este es el caso en que queramos combatir simultáneamente problemas de salinidad, aluminio, PH y además mejorar la agregación de la partículas del suelo.
La maralfalfa es un cultivo caro de implantar, por lo que es frecuente que las enmiendas y el abonado de fondo dejen que desear. Es en este caso donde resulta critico que abonemos junto con el agua de riego, puesto que podemos mantener los nutrientes en disolución con relativa independencia de su presencia en el suelo.
