Riego y Salinidad.

Las condiciones de la zona y del cultivo, nos obligan a un  altísimo consumo de agua, lo que supone sin duda el mayor coste del cultivo, además de  un gran problema de sales si no lo gestionamos adecuadamente.

Las razones son las siguientes:

Al ser un cultivo tan exigente en agua y tener presentes sales en el perfil del suelo,  no hay mas alternativa que inundar el suelo periódicamente, aunque solemos regar por aspersión.  Tenemos que lavar las sales varias veces al año, para lo que se usa un “consumo de lujo”, sin el cual la producción cae en poco tiempo.

Nos encontramos al nivel del mar, lo que se considera un factor importante en el consumo hídrico.

El terreno se encuentra literalmente perforado por insectos, roedores y reptiles, haciendo que el agua penetre con facilidad y lixivie.

Nos encontramos en un oasis a las puertas del desierto, con lo que la insolación es muy alta durante la mayor parte del año. Además, como es de esperar, la humedad relativa suele mantenerse baja durante 8 meses al año. La temperatura rara vez baja de los 20°.

Es una zona muy ventosa. De hecho a pocos Km de Mboro se ha instalado un  parque eólico. 

El contenido en arcilla es bajo, por lo que la retención de agua deja que desear.

La maralfalfa, es un cultivo muy exigente en riego. Y no solo eso, en contra de lo que afirma la mayor parte de la bibliografía, a la mínima disminución de la humedad de la tierra la producción se reduce. La maralfalfa tolera la sequía, la planta no muere ni se degradan sus raíces durante un tiempo, pero dejará de producir. Una vez se restablezca el riego  la producción vuelve en poco tiempo a su nivel normal.  

Durante las tres primeras semanas tras el rebrote,   se riega la mitad de la cantidad requerida cuando el cultivo esta crecido. Al cumplir los 30 días,  se riega muy abundante,  para  lavar las sales, y a partir de esa fecha,  riego abundante  hasta una semana antes de la recolección.  La cantidad depende de la época del año, de lo soleado y sobre todo del viento, puesto que las plantas tienen mucha superficie foliar  expuesta. 

No disponemos de una bandeja de evaporación de clase A  homologada y no podemos determinar Et°, que es la  evapo transpiración referencial, ni  Kc, el coeficiente del cultivo, pero si podemos, mediante observación y  aproximaciones, determinar en qué condiciones de riego progresa mejor la planta. Los resultados son  exorbitantes,  fuera de linea sobre lo que señala la bibliografía.

Hay épocas del año calurosas soleadas y ventosas, en las que al cumplir los  30 días, las plantas  requieren 15 litros por metro cuadrado al día, a veces mas.   Cada cinco días aplicamos láminas de agua de 75 mm. Si las plantas están recién cortadas, aplicamos menos de la mitad.

Calculo del consumo teórico de agua.

La maralfalfa es una planta C4, las cuales consumen tres veces menos agua en relación a las C3 por Kg. de materia seca producido. Si una planta C3 necesita 1.000 litros por kilo de materia seca, una planta C4 se conformará con 300. Si queremos una producción de 10 kg./m2 de maralfalfa,  que suponen 2 kg. de materia seca, a 300 litros el kilo, debería ese consumir unos 600 litros cada 2 meses, es decir, 10 litros/m2 al día, de media.

Si miramos las cifras de agua consumida, podemos pensar que son exorbitantes.  Pero si miramos los litros consumidos por kilo, vemos que es un cultivo muy eficiente en el uso del agua.  Por ejemplo, cualquier cereal que en Andalucía reciba 600 litros anuales y produzca 8.000 kg. de materia seca, produciría tres veces menos que la maralfalfa por litro de agua consumido. La maralfalfa produce 20.000 kg. de materia seca con la misma cantidad de agua. Y esa cantidad hay que multiplicarla por 6 cosechas al año.

Nutrientes en el agua en Mboro.

El oasis esta cultivado y abonado profusamente con un riego de lujo. Para combatir la salinidad, los agricultores riegan cada dos días, incluso casa día, de forma superficial. Y no sólo lavan las sales, sino que a su vez arrastran los nutrientes, en especial nitrógeno, que usan intensamente, y que van a la napa freática, que además, atraviesa una formación de materia orgánica, una turba densa y compactada que aporta algunas de las características del humus líquido, con abundantes nutrientes pero lamentablemente, con sales y  alta acidez. Podríamos resumirlo en que disponemos de un agua extremadamente rica  en nutrientes y soportablemente  problemática si se gestiona adecuadamente. En el exterior del oasis sin embargo el agua es de calidad, aumentando dicha calidad conforme baja el nivel freático.

Las cantidades de sales que anualmente tenemos que eliminar del suelo, son fáciles de calcular. En nuestros pozos, cada litro de agua tiene siempre mas de 1 gramo de sal, depende de la época del año y del pozo. Como regamos mas de  3.000 litros al año,  eso supone como mínimo 3  kg. de sales por metro cuadrado,  que añadimos a la tierra. O lo que es lo mismo, 30.000 kg. por ha.

Por supuesto que es complicado gestionarlo, pero a cambio, tenemos un premio. Podemos producir cantidades que rocen el récord mundial,  tanto de materia seca, como de proteína,  o incluso de azúcares. Para eso tenemos a la naturaleza, que esta llena de plantas  silvestres, que nos manda a sus bichos, para ayudarnos. Y también tenemos a una legión de científicos que están desentrañando sus secretos. El conocimiento, no es gratis, y el agricultor tiene que aceptar que vive  en la sociedad del conocimiento y que a él debe de dedicar su principal esfuerzo. A cambio, tanto su producción como su beneficio se duplicarán.

Nosotros tenemos instalado tanto riego por aspersión como una instalación para regar a manta. Regamos de una forma u otra en función del abono, insolación, suciedad del aire, etc. Pero somos una finca piloto con un sistema caro de implantar.  El agricultor tendrá que elegir las ventajas e inconvenientes de ambos sistemas.

Como es bien sabido para reducir la presencia de sales la forma mas económica es aplicar yeso, CaSO4*2H2O. El sodio se  intercambia con el calcio dando sulfato de sodio, menos soluble, el cloro se evapora o lixivia y el calcio queda disponible como nutriente. Además, el yeso aumenta los agregados del suelo y reduce la compactación, lo que aumenta la eficacia del riego, reduciendo el volumen y consecuentemente las sales que el aguan aporta.  

Salinidad y conductividad eléctrica del agua.

La conductividad eléctrica (CE) de una disolución es una buena medida de la cantidad de sales disueltas, pues depende,  además del voltaje aplicado, del tipo, cantidad, carga y movilidad de los iones salinos presentes y de la viscosidad del medio en el que éstos han de moverse. En disoluciones acuosas, y puesto que su viscosidad disminuye con la temperatura, la facilidad de transporte iónico o conductividad aumentará a medida que se eleva la temperatura.

La conductividad es lo opuesto de resistencia. El aparato que mide la conductividad se llama potenciómetro o conductímetro. La unidad de medida suele darse en ppm (partes por millón de sales), equivalente por tanto a miligramos por litro. En rigor, el potenciómetro mide la inversa de la resistencia  y suele dar los valores en mS/Cm, donde mS significa mili Siemens. Un Siemens es la milésima parte de un ohm. Unidad de resistencia equivalente Vatio x cm. Los conductímetros  convierten automáticamente el valor de conductividad eléctrica en ppm, dando una lectura directa de la concentración de sólidos disueltos, facilitando así los resultados.

En soluciones acuosas la conductividad es directamente proporcional a la concentración de sólidos

disueltos, por lo tanto cuanto mayor sea dicha concentración, mayor será la conductividad. La relación entre conductividad y sólidos disueltos se expresa, dependiendo de las aplicaciones, con una buena aproximación por la siguiente igualdad:   2 µS/cm = 1 ppm (mg/l de CaCO3)

Los conductímetros de uso agrícola suelen ser poco fiables a partir de un gramo de sales por litro. Como alternativa si no se disponen de medios para equipos costosos de análisis químicos de las diferentes sales, puede calibrarse como sigue. Tomamos sal común, cloruro sódico,  Cl Na,  y añadimos un gramo a un  litro de agua y tomando medidas en mS/cm, y apuntamos las medidas. Añadimos otro gramo y volvemos a apuntar las medidas, y así sucesivamente nos realizamos una tabla. De forma que cuando midamos la muestra multipliquemos las mediciones del potenciómetro según los valores de dicha tabla.

 Con el conductímetro usado por nosotros,  AGUALARIA y con las temperaturas siempre cercanas a 25°, y siendo la sal principal del agua de nuestra región cloruro sódico, a partir de 2,000 mS el ajuste debe realizarse a razón de 1.5 mS por ppm de sales disueltas. No olvide que esta cifra puede no significar nada en su región, donde diferentes sales,  la temperatura, aparato de medida y rangos de concentración  pueden dar valores notablemente distintos. De todas formas, para valores superiores de salinidad, no siembre maralfalfa.  

El agua potable debe tener menos de 1.0550ms/cm, y a partir de dicha cifra podemos considerar que tenemos problemas de sales. Por tanto, los valores para el agua potable serían 1.055 ms/cm /2 = 525 ppm o aproximadamente medio gramo por litro.

En el caso que nos ocupa, la maralfalfa tiene una mediana sensibilidad a la salinidad, pero al ser   un cultivo muy exigente en riego, las sales aportadas al terreno con el agua  de riego terminan por acumularse y  suelen suponer cifras considerables a lo largo del año.

Otra forma en la que las sales se incorporan al cultivo es mediante capilaridad. Ello ocurre sólo cuando el nivel freático esta en contacto con el agua de riego, situación que aquí ocurre un mes después de que cesen las lluvias, cuando el efecto de lavado del agua de lluvia ya no se presenta y el agua asciende por capilaridad, de capas inferiores. Durante el resto del año el nivel freático baja y el efecto se frena y ya sólo tenemos que gestionar las sales del riego.

Es importante destacar que la conductividad por si misma puede llevarnos a graves errores de apreciación.  La conductividad es una medida muy aproximada, y parcial, del contenido en sales. Es necesario realizar un análisis de las sales presentes, lo que es en farragoso y caro, téngase  en cuenta que  el conductímetro es económico y fácil de obtener y  nos da valores inmediatos y gratuitamente cuantas veces lo deseemos.

 Una paradoja que se presenta al usar el conductímetro es que la mejor forma de combatir el Cl Na es mediante Yeso, CaSO4 2H2O, o incluso cal, CaCO3.  Pero a su vez,  iones Ca+ son la principal causa del agua dura, que también presenta una alta conductividad. Como mínimo, para una correcta interpretación de la conductividad debe  supeditarse a un análisis de dureza de las aguas en el caso de que veamos depósitos de cal. Si el agua es blanda,  que es nuestro caso y  es fácil de observar, podemos obviar todo lo anterior.

Podemos considerar que un agua es dura cuando presenta medio gramo de Ca+ por litro, cantidad aproximada al límite total de sales totales permitido para el agua potable.

 

Pero  aunque al aplicar yeso reduzcamos los iones Cl  y Na, el conductímetro no reflejará sólo las concentraciones de sales que puedan presentar efectos nocivos. Es decir, una parte de las mediciones corresponderán a al ión Ca+2, que es la solución, no el problema.

Ejemplo práctico de lo expuesto.

El conductímetro nos da medidas de 1.800 mS/cm. en el agua de riego, algo así como un gramo de sal.

Observamos  la típica costra de sales en el borde de la zona regada, de forma que creemos que el problema es cloruro sódico. Hay dos planteamientos;

Si aplicamos yeso al agua de riego, tendríamos por tanto agua dura, supongamos que contiene mas de medio gramo de Ca+ por litro. Sin embargo, a pesar de que hemos eliminado buena parte del cloruro sódico, el conductímetro, aunque bajen las mediciones,  continuará dando lecturas mas altas de lo que correspondería al Cl Na.

Si añadimos yeso a la tierra, veremos que la típica costra de sal que se acumula tras el riego se reduce.  El conductímetro no nos dice mucho cuando se aplica a la tierra disuelta en agua. Sólo podemos decir que bajan las mediciones. Damos por buenos los resultados, no necesitamos saber mas. La costra de sal ha disminuido y la producción se beneficia de ello. 

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