
Hay que distinguir entre el N2 atmosférico, que supone el 78% de los gases de la atmósfera, que es inerte y muy costoso de capturar, del oxido nitroso y otros compuestos nitrogenados, que aún representando cantidades reducidas, son potentes gases de efecto invernadero, a la vez que resultan dañinos para los mamíferos y la mayoría de animales superiores. Pero para las plantas, los hongos, bacterias y algunos anélidos son un nutriente. Capturar ambos debe ser un objetivo adjunto a todo proyecto de captura de CO2.
El nitrógeno es el nutriente mas limitante en la producción de casi todos los cultivos, pero en el caso de una hierba de corte, como es el caso de la maralfalfa, su importancia aumenta. Por una parte, pretendemos tener un alto contenido en proteína, lo que requiere nitrógeno. Además, nos encontramos en un clima cálido con las temperaturas muy planas a lo largo de todo el año, lo que también hace que los cultivos requieran mas nitrógeno.

Durante los meses de agosto y septiembre, cortando cada 75 días, la maralfalfa produce fácilmente 150.000 kg/ha con una aceptable calidad, es decir, con mas de 3.000 kg. de proteína por corte. Eso requiere 500 kg de nitrógeno. Es una cifra exorbitante que esta fuera de cualquier cálculo de nutrientes referido por la literatura. Nosotros limitados a los abonos orgánicos, no usamos ni un tercio, y el color de la planta, la sorprendente exuberancia y ritmo de crecimiento, nos indica que no tiene déficit de nitrógeno, por lo que deducimos que el nitrógeno restante lo obtenemos del aire, del suelo, del agua o de una asociación de bacterias que trabaja para nosotros.
Los distintos mecanismos de que disponemos para capturar nitrógeno son los siguientes:
1 bacterias simbióticas con las raíces.
Esta bien documentado que tanto el maíz, como la caña de azúcar, como muchas otras plantas C4, al igual que las leguminosas, fijan nitrógeno en las raíces, con ayuda de bacterias.
2-Ciano bacterias .
3-Bacterias libres del suelo.
4- Agua de riego.
5-Nitrógeno de agua de lluvia.
6-Nitrógeno del polvo atmosférico.
Todo ello lo trataremos con detalle en el estudio agronómico del cultivo.
Es importante señalar que todo el nitrógeno orgánico que existe en la naturaleza ha sido fijado por hongos, bacterias, ciano-bacterias. Incluso en el caso del nitrógeno fijado por las leguminosas ( y otras muchas plantas, como veremos), en realidad quien en último caso fija el nitrógeno es una bacteria. Hay que matizar que desde el siglo XIX los humanos estamos aportando cantidades importantes de nitrógeno al sistema.
